La Guerra de Vietnam fue un conflicto prolongado (1955-1975) entre el gobierno respaldado por Estados Unidos en el sur y el movimiento comunista Viet Cong en el norte. Fue un enfrentamiento directo entre el capitalismo liderado por Estados Unidos y el comunismo representado por la Unión Soviética y China. Estados Unidos intervino para contener la expansión comunista y evitar que el sur cayera bajo la influencia de la Unión Soviética y China. La Guerra de Vietnam se convirtió en un símbolo de la lucha entre el Este y el Oeste durante la Guerra Fría, con Estados Unidos apoyando al sur y la Unión Soviética y China apoyando al norte.
La Guerra de Corea (1950-1953) fue un conflicto entre Corea del Norte, apoyada por China y la Unión Soviética, y Corea del Sur, respaldada por Estados Unidos y las Naciones Unidas. La división de Corea en dos estados separados después de la Segunda Guerra Mundial reflejó las tensiones entre el comunismo y el capitalismo durante la Guerra Fría. La guerra fue un intento de contener la expansión comunista en Asia y mantener la influencia de Estados Unidos en la región. Aunque terminó en un punto muerto, la península coreana permanece dividida hasta el día de hoy, simbolizando la persistencia de las tensiones de la Guerra Fría.
El conflicto entre Israel y Palestina tiene raíces históricas y religiosas profundas, pero también está influido por la Guerra Fría. Después de la Segunda Guerra Mundial, el establecimiento de Israel en 1948 fue apoyado por potencias occidentales, incluidos Estados Unidos y varias naciones europeas, mientras que los países árabes vecinos, respaldados por la Unión Soviética, se opusieron a la creación del estado judío. Durante la Guerra Fría, Israel se alineó con Occidente, mientras que los estados árabes se alinearon con el bloque comunista. La rivalidad Este-Oeste exacerbó las tensiones en la región y contribuyó a la persistencia del conflicto israelí-palestino hasta el día de hoy.