La Guerra Fría se inició principalmente como resultado de las tensiones políticas, ideológicas y militares entre dos superpotencias emergentes después de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos y la Unión Soviética. Aunque no hubo una fecha específica que marcara el comienzo exacto de la Guerra Fría, se considera que este período de rivalidad comenzó después de la Segunda Guerra Mundial y se intensificó gradualmente durante la década de 1940 y 1950.
Conferencia de Yalta (1945): Durante esta conferencia, celebrada en febrero de 1945, líderes de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética se reunieron para discutir el futuro de Europa después de la guerra. Aunque inicialmente cooperaron para derrotar a la Alemania nazi, surgieron diferencias ideológicas y políticas sobre el futuro de Europa, lo que contribuyó a la división entre los bloques occidental y oriental.
Disputas sobre Europa Oriental: Después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética estableció gobiernos comunistas o pro-soviéticos en varios países de Europa Oriental, lo que provocó tensiones con Estados Unidos y sus aliados occidentales. Esta división de Europa en esferas de influencia soviética y occidental contribuyó a la polarización entre los bloques. Doctrina Truman (1947): En respuesta a la expansión del comunismo en Europa Oriental, el presidente estadounidense Harry S. Truman anunció la "Doctrina Truman", que afirmaba el compromiso de Estados Unidos de apoyar a los países que resistieran la expansión comunista. Esto marcó el inicio de la política de contención, que fue fundamental en la estrategia de Estados Unidos durante la Guerra Fría.